Rosario Tijeras: ¿mujer real o mito que refleja la violencia que viven muchas mujeres?

Ciudad de México — Con el regreso de la serie “Rosario Tijeras” a las pantallas de Latinoamérica, el debate sobre si el personaje principal está basado en una persona real vuelve a tomar fuerza. Aunque la historia parece inspirada en hechos reales, el origen del personaje es más complejo.

La producción mexicana, protagonizada por Bárbara de Regil, es una adaptación de la serie colombiana homónima emitida por primera vez en 2010, la cual a su vez se basa en la novela escrita por el autor colombiano Jorge Franco. La obra retrata la vida de una joven mujer involucrada en el mundo del crimen urbano, marcada por la violencia, el amor y la venganza.

La posible inspiración detrás del personaje

En Colombia, algunos medios y sectores del público han señalado a Diana Carolina Jiménez Maldonado como posible inspiración para el personaje. Esta mujer fue capturada en 2013 y era conocida en su entorno como la “Rosario Tijeras de Bogotá”. Se le vinculó con una banda criminal y se le acusó de delitos como homicidio, narcotráfico y robo.

Según los reportes, Jiménez Maldonado pedía ser llamada Rosario Tijeras y lideraba su organización tras la muerte del antiguo jefe. Estas coincidencias generaron especulación sobre su relación con la historia original.

El autor desmiente una conexión directa

No obstante, tanto Jorge Franco como la actriz María Fernanda Yépez, quien interpretó a Rosario en la versión colombiana, han negado que el personaje esté basado en una persona en específico. Según ellos, Rosario es un personaje ficticio inspirado en múltiples historias reales vividas o escuchadas en Medellín durante los años más crudos del conflicto urbano.

“El personaje es una fusión”, declaró Yépez. “Jorge fue muy claro: Rosario Tijeras no es una sola mujer. Es un símbolo creado a partir de muchas realidades.”

Ícono cultural entre la ficción y la realidad

Aunque no exista una Rosario Tijeras “real” como tal, el personaje se ha convertido en un ícono cultural tanto en Colombia como en México y demás países latinoamericanos, representando a una mujer fuerte, contradictoria y marcada por la violencia estructural de su entorno.

La serie mexicana, ahora en su cuarta temporada, sigue despertando interés y controversia, mientras el personaje continúa desafiando estereotipos y dejando huella en la televisión latinoamericana.