LOS ÁNGELES – Bo Bichette volvió para la Serie Mundial el viernes por los Azulejos contra los Dodgers, después de perderse las primeras dos rondas de la postemporada debido a una lesión en la rodilla izquierda que sufrió el 6 de septiembre.
Después de muchas especulaciones en torno a dónde jugaría a la defensa, Bichette inició el Juego 1 del viernes en Toronto y bateó de 3-1 con una base por bolas. Pero claramente no está en plenas condiciones, ya que jugó en la segunda base y no el campo corto – su posición de siempre – y fue sustituido por un reemplazo defensivo, Isiah Kiner-Falefa, para los últimos innings del partido.
Con eso en mente, Andrés Giménez, tres veces ganador de un Guante de Oro en la segunda almohadilla y finalista una vez más este año, continuará como torpedero de los Azulejos con el Clásico de Otoño empatado a una victoria por bando y el Juego 3 programado para el lunes en el Dodger Stadium. El venezolano Giménez, un short natural, ha lucido bien sólido en las paradas cortas desde esa segunda semana de septiembre y ha puesto su granito de arena al bate, sobre todo con jonrones en encuentros consecutivos durante la Serie de Campeonato de la Liga Americana frente a los Marineros.
“Siempre me enfoco en tratar de ayudar en los tres ámbitos del juego: Defensa, ofensiva y corrido de bases”, dijo Giménez al principio de la postemporada. “Gracias a Dios, tengo la defensa y estoy ayudando al equipo”.
Y claro, ha empujado nueve carreras en sus primeros 13 partidos de octubre, con esos dos cuadrangulares contra Seattle – los primeros dos de su carrera en postemporada.
Hace un año, muy poca gente preveía a Giménez vistiendo el uniforme de los Azulejos, y mucho menos en una Serie Mundial. El cambio realizado entre Toronto y Cleveland durante las Reuniones Invernales del 2024 tomó por sorpresa a casi todos, incluido el propio Giménez. El caraqueño había sido un sólido defensor en la segunda base de Cleveland tras ser canjeado de los Mets a los Guardianes en el invierno del 2020-21, pero su bateo había sufrido un declive tras un 2022 en que disparó 17 bambinazos, produjo OPS de .837 y fue convocado al Juego de Estrellas.
Este año, tampoco se vio una mejoría con el madero en la temporada regular (.210/.285/.313), pero Giménez ha subido de nivel en la postemporada, su tercera en las últimas cuatro campañas.
“Estoy contento con cómo ha sido todo en mi carrera”, dijo Giménez acerca de los cambios de equipo que ha vivido entre los Mets, Guardianes y Azulejos. “Ahora, sé que esto es un negocio. Hay cosas que no puedes controlar. Al principio, no entendía lo de los cambios. No sabía cómo funcionaba eso”.
Ahora sí sabe, y ha sabido adaptarse a los nuevos escenarios. En su primer año en Toronto, su desempeño defensivo le ha valido el elogio de “mejor infielder en el béisbol de Grandes Ligas” de parte del manager de los Azulejos, John Schneider.
Y, por supuesto, jugar con el equipo canadiense le ha dado la oportunidad de aportar en un grupo que se encuentra en el Clásico de Otoño, el primero para él, y estar a tres victorias de una corona.
“Es la cultura que estamos tratando de crear desde los Entrenamientos, desde el Día 1”, expresó Giménez sobre el ambiente en Toronto. “Puedo hablar un poco de la ciudad. Es increíble. Los fans son increíbles.
“Creo que hemos hecho un gran trabajo a la hora de nunca darnos por vencidos en ninguna situación, sobre todo después de perder un juego. Hasta durante la temporada (regular), no empezamos muy bien que digamos, pero reaccionamos y estamos en este punto ahora mismo, tratando de ganar por Canadá”.

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