RAFAEL ALMÁNZAR / EL OTRO LADO DEL JUEGO PARA END
En el deporte, no todos los grandes nombres encuentran un camino claro una vez cuelgan los spikes. La transición del atleta élite hacia su “segunda vida” suele ser un reto lleno de incertidumbre, egos mal manejados y decisiones improvisadas. Sin embargo, en medio de ese panorama, José Reyes ha construido un caso digno de estudio: una transición auténtica, estratégica y, sobre todo, exitosa.
Reyes pasó de ser una estrella global del béisbol —un jugador explosivo, carismático y querido por la afición— a convertirse en un personaje multifacético dentro del entretenimiento. Y lo hizo sin miedo a reinventarse. Su incursión en la música urbana generó debate, memes y conversación, pero también mostró algo fundamental: su capacidad de conectar con nuevas audiencias sin dejar de ser él mismo. Esa autenticidad, lejos de restarle, amplió su alcance cultural.
Pero más allá del show, Reyes ha encontrado un rol de impacto alineado con su legado deportivo. Hoy es embajador tanto de los New York Mets como de los Gigantes del Cibao, dos organizaciones que representan diferentes etapas de su carrera, pero que confían en su imagen, en su historia y en su habilidad natural para generar cercanía con los fanáticos. Reyes entendió que su figura sigue siendo valiosa dentro del béisbol, y que su presencia aporta prestigio, identidad y proyección.
En un mundo donde muchos exatletas quedan atrapados entre la nostalgia del ayer y la ansiedad del mañana, Reyes ha tomado el control narrativo de su propia historia. Se ha movido con libertad entre la pelota, la música, los medios digitales y las apariciones especiales, demostrando que la fama deportiva puede evolucionar sin perder esencia.
Su presencia en eventos, estadios y plataformas no solo genera atención; genera conversación. Y eso es oro en la era del contenido. La combinación de su trayectoria, su personalidad y su nueva faceta creativa lo posiciona como un puente perfecto entre el deporte tradicional y la cultura popular.
José Reyes no es solo un pelotero retirado que encontró un pasatiempo. Es un caso de transición inteligente, estratégica y humana. Un ejemplo de que el atleta moderno puede extender su legado más allá del terreno de juego… si se atreve a reinventarse con autenticidad y propósito.



Se trata de un periódico dirigido por profesionales que se han unido con la finalidad de llevar la información a tiempo y con apego a la ética, la responsabilidad y los aspectos de este tiempo que requiere el ejercicio periodístico.