SANTO DOMINGO.- La economista Clara González consideró que tras la desaceleración del crecimiento que experimentó la economía mundial durante los primeros ocho meses del 2025, los gobiernos deben fortalecer el sector público, garantizar servicios básicos, concluir inversiones de capital y adaptarse a la coyuntura internacional.
Explicó que la economía mundial crece a un ritmo más lento y menos sólido que en años anteriores, como consecuencia de las perturbaciones que han afectado el comercio y las cadenas de suministro a nivel global. Señaló como uno de los factores que más incrementó la incertidumbre en los mercados la imposición de aranceles, lo que aún representa una amenaza para la recuperación económica que se esperaba tras la pandemia del Covid-19.
En este contexto, subrayó la importancia de que los países aprendan a adaptar su actividad económica tomando en cuenta la coyuntura internacional y a mantener abiertas sus economías a los flujos de inversión de capital, aspecto en el que aseguró que la República Dominicana ha logrado destacarse, con una proyección de US$4,700 millones en inversión extranjera para el cierre del año 2025, por parte de la IED.
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Agregó que a pesar de haber sufrido los embates del contexto geopolítico y económico mundial, marcado por la guerra entre Rusia y Ucrania, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, así como las elevadas tasas de interés que se mantenían en el mercado estadounidense, la economía dominicana comienza a mostrar señales de evolución positiva, ya que cuenta con liquidez en el mercado financiero y gracias a la reducción de la tasa de interés, los créditos resultan más accesibles.
En ese orden, la economista valoró de forma positiva que el proyecto de Ley de Presupuesto General de la República para el 2026, cumpla con dos aspectos relevantes: contempla factores positivos que permiten mejorar las finanzas públicas mediante la inclusión de gasto de capital y el respeto a la regla fiscal, que establece que el gasto corriente no debe superar un promedio del 7 % del Producto Interno Bruto (PIB), siempre que la inflación se mantenga en torno al 4 %.
Indicó, además, que este proyecto de presupuesto es presentado en un momento en que la economía global empieza a tener un respiro gracias a la baja de las tasas de interés, lo que abarata el crédito y facilita que los sectores productivos accedan a financiamiento, lo cual contribuirá a fortalecer el aparato productivo y los sistemas de encadenamiento que habían resultado afectados por la ralentización económica de los meses anteriores.