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EL NIUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – Este lunes se cumplen ocho meses del colapso del techo de la discoteca Jet Set Club, una tragedia que estremeció a República Dominicana la madrugada del 8 de abril de 2025 y que dejó 236 personas fallecidas y más de un centenar de heridos.
Aunque el tiempo ha pasado, la herida colectiva sigue abierta, sobre todo para las familias que aún buscan respuestas y esperan que el peso de la justicia haga honor a sus pérdidas. Y mientras la fecha se aproxima a convertirse en un símbolo de duelo nacional, el caso continúa sumando movimientos legales, nuevos imputados y acusaciones reforzadas.
En las últimas semanas, el proceso judicial ha dado giros importantes. Una reciente querella amplió la lista de señalados al incorporar a Ana Grecia López, madre de Antonio Espaillat, quien figura en documentos oficiales como representante de la empresa Inversiones E y L, S.R.L., entidad que operaba el establecimiento. La acción fue presentada por la esposa y los hijos de Ramón Osiris Blanc Castillo, una de las víctimas mortales, quienes solicitan una indemnización de 50 millones de pesos. Con esta inclusión, ascienden a tres los acusados formalmente en la querella particular: Antonio Espaillat, Maribel Espaillat López y Ana Grecia López, además de la empresa.
El expediente del Ministerio Público, de 156 páginas, revela el impacto generacional de la tragedia: más de 30 de las víctimas tenían menos de 30 años, entre ellas dos adolescentes de 17. Para muchas familias, el 8 de abril no fue solo la pérdida de un ser querido, sino la ruptura de proyectos de vida aún en construcción. La audiencia preliminar contra los imputados está fijada para el 12 de enero de 2026, un momento clave en el que la justicia deberá decidir si los acusados enfrentarán juicio por los hechos que cambiaron el país para siempre.
Ocho meses después, el vacío sigue siendo inmenso. Alrededor del Jet Set Club, ahora silencioso y envuelto en memoriales improvisados, se mantiene viva la exigencia de justicia. Muchas familias continúan aferradas a la esperanza de que el caso no se diluya con el tiempo.
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