LOS ÁNGELES – Si Shohei Ohtani, Yoshinobu Yamamoto o cualquier otra estrella japonesa brilla en Grandes Ligas, le debe mucho a Hideo Nomo, el lanzador que rompió barreras justo hace 30 años.
El lunes previo al Juego 3 de la Serie Mundial entre los Azulejos y los Dodgers, Nomo realizó el lanzamiento de honor en el Dodger Stadium.
Para 1995, eran pocos los jugadores asiáticos que habían jugado en las Mayores. El año anterior, el surcoreano Chan Ho-Park había dejado huella con los Dodgers. Pero cuando llegó Nomo a Los Ángeles, se demostró de una manera contundente que el talento japonés podía triunfar en el béisbol occidental.
“Tenía el país de Japón sobre sus hombros”, dijo el manager de los Dodgers, Dave Roberts, quien coincidió con Nomo en los Dodgers en el 2004. “Un gran compañero de equipo. Soy muy afortunado de decir que fue un compañero mío y es un amigo mío”.
En aquella temporada de hace tres décadas, Nomo maravilló a todos al tener récord de 13-6 y efectividad de 2.54 en 28 aperturas, siendo convocado al Juego de Estrellas y nombrado Novato del Año de la Liga Nacional. Al año siguiente, tiró el primero de sus dos no-hitters en Grandes Ligas en nada más y nada menos que el Coors Field contra los Rockies.
Con los Dodgers, Mets, Cerveceros, Tigres, Medias Rojas, Rays y Reales, Nomo ganó 123 partidos con efectividad de 4.24 en partes de 12 campañas en las Mayores entre 1995 y el 2008.

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